EN CHIMÁ NACE UN SANTO
EN CHIMÁ NACE UN SANTO
Manuel Zapata Olivella
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En esta novela el mundo de la religiosidad popular se mezcla con el mestizaje y el lenguaje es otro; la frase es corta y es larga, predominan la sencillez y la armonía. Manifiesta rasgos del boom latinoamericano: el rompimiento de la cronología, la multiplicidad de puntos de vista y la fragmentación, los elementos mágicos, lo cual evidencia que Manuel Zapata Olivella fue uno de los pioneros en asimilar los nuevos procedimientos narrativos y técnicos de la novela moderna para explorar, mediante una mirada que se despoja de su visión alienada, el alma de los colombianos. Destaca el minucioso conocimiento de costumbres, sentimientos, saberes y decires de la vida de los pobladores de la cuenca sinuana.
De corte realista, esta novela se instala en el universo de lo mítico-religioso, en términos de técnica narrativa y de elaboración estética, cierra el primer periodo creativo de Zapata Olivella.
[…] Chimá es un pequeño pueblo bañado por la ciénaga grande del río Sinú, habitado por unos pocos terratenientes y comerciantes, y una mayoría de campesinos, pescadores y artesanos. Zapata Olivella recrea las supersticiones, idolatrías y creencias en las que se encuentra sumido este pueblo olvidado. Los dramas y conflictos de los personajes se expresan a través del mito y la violencia vividos por esta pequeña comunidad sobre la cual pesa una arraigada religiosidad, llena de creencias, miedos y fantasías. Esto provoca evasión hacia el campo de lo mágico, como apunta el epígrafe de la novela, como una esperanza de salvación.
En la novela reconocemos los escenarios del Sinú natal del autor, ahí acontecen los conflictos provocados por la historia de cómo Domingo Vidal, un parapléjico al cuidado de su madre y sus hermanas, se transforma en santo para los campesinos de la región del Sinú, creencia forjada el Día de Difuntos al salir ileso del incendio del rancho donde se encontraba.
