POLITEIA
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ARISTOTELES DE ESTAGIRA
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Aristóteles de Estagira, Politeia (La Política), prólogo, versión directa del original griego y notas por Manuel Briceño Jáuregui S. J. Estudio preliminar e introducciones por Ignacio Restrepo Abondano. Presentación de Alfonso Borrero S. J. Instituto Caro y Cuervo (Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo, nº 84), Bogotá 1989, 685 págs.
Una nueva versión, se dirá, de la Política de Aristóteles en español, tras las realizadas por un anonimo civil cortesano en 1509, un «profesor de letras humanas y filosofía» como Pedro Simón Abril en 1584, un abogado liberal como Patricio de Azcárate en 1874, un filokrausista como Antonio Zozaya en 1885, un ex militar masón como Nicolás Estévanez en 1920, profesores, filósofos y filólogos como Francisco Gallach en 1933, Julián Marías en 1951, Natividad Massanés en 1954, Antonio Gómez Robledo en 1963, Francisco de P. Samaranch en 1964, Julio Pallí Bonet en 1974, Carlos García Gual y Aurelio Pérez Jiménez en 1977. Una nueva versión, en efecto, pero que reune además dos características: es la segunda versión en español dispuesta en América (tras la de Antonio Gómez Robledo en 1963, para la Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana), pero sobre todo es la primera versión en español de la Política de Aristóteles realizada por un sacerdote jesuita, Manuel Briceño Jáuregui, y auspiciada por una católica y pontificia universidad cristiana. En efecto, la presentación de esta edición corre a cargo de otro padre jesuita, Alfonso Borrero Cabal S. J., y el traductor reconoce al terminar su prólogo: «No podemos terminar este Prólogo sin añadir una palabra de agradecimiento al R. P. Alfonso Borrero, S. J., quien, siendo Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Javeriana, nos propuso –al comentarista y al traductor– su idea de realizar la presente obra. Él fue quien nos animó, y con su característico optimismo, su simpatía y penetración universitaria, nos sostuvo para comenzar y acabar empresa tan difícil como la que por fin podemos presentar a los estudiosos de habla hispana. Para él nuestra gratitud, y que todo sea ad maiorem Dei gloriam. Manuel Briceño Jáuregui, S. J. Pontificia Universidad Javeriana, 1979.» (pág. 62.) [Obsérvense los diez años transcurridos desde que el traductor dató su prólogo hasta que apareció publicado el libro, en 1989: «Se terminó de imprimir esta obra el día 3 de junio de 1989, en la Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo, en Yerbabuena. Laus Deo.»]
Manuel Briceño Jáuregui nació en Cúcuta (capital de Norte de Santander, Colombia) en 1917, y falleció en Madrid, víctima de un ataque al corazón, el miércoles 28 de octubre de 1992, mientras asistía, como Director que era de la Academia Colombiana de la Lengua, a las conmemoraciones del V Centenario de la Gramática de Nebrija (primera gramática de una lengua moderna, publicada, como es bien sabido, semanas antes del Descubrimiento, cuando la lengua, terminada su expansión peninsular y vuelto ya Boabdil al África, gozaba de potencia suficiente como para imperar otro continente, como luego se supo). Rogelio Echavarría, en Quién es quién en la poesía colombiana, ofrece la siguiente reseña biográfica: «Manuel Briceño Jáuregui (Cúcuta 1917; Madrid, España, 1992). Eminente jesuita, graduado en humanidades en la Universidad de Oxford (Inglaterra), profesor y prefecto de estudios de humanidades en las Provincias de la Compañía de Jesús en Colombia y autor, entre otras, de una de las obras más formidables de la docencia clásica, El genio literario griego. El padre Briceño murió en olor de santidad, de castidad y de casticidad en Madrid, cuando asistía, como presidente de la colombiana, al congreso de las Academias de la Lengua que conmemoraban el V Centenario de la Gramática de Nebrija. Como poeta, el padre Briceño escribió siempre íntimas efusiones familiares y religiosas, y en 1977 publicó un libro con sus Estampas pueblerinas, 150 sonetos de sonriente costumbrismo. También tradujo obras de poetas griegos, como Seféris, y al latín la Epopeya de la Espiga de Aurelio Martínez Mutis.» Quizá la aportación más importante realizada por el jesuita Manuel Briceño a la lengua, en general, fue su cruzada para sustituir los anglicismos en la terminología del fútbol por términos castellanizados. Convocó a los principales periodistas colombianos para que colaboraran en la traducción y adaptación al español de la terminología inglesa del fútbol, cuya pronunciación, adaptada a los acentos andinos y caribeños, ningún anglosajón reconocería, y logró que en crónicas y transmisiones utilizaran los nuevos términos. En 1985 pudo Briceño estudiar el éxito de su iniciativa: «en más de 370 expresiones o términos populares con que nuestros locutores colombianos transmiten los partidos de fútbol, sólo aparecen pocas voces inglesas: cinco o seis» («El lenguaje del fútbol en la radio colombiana», Primera reunión de Academias de la Lengua Española sobre el lenguaje y los medios de comunicación, Madrid 1987, págs. 117-122). Manuel Briceño Jáuregui, S. J., mantiene en Colombia un reconocido prestigio: «Casa de la Cultura Manuel Briceño Jáuregui», en Chinacota; la «Biblioteca Manuel Briceño Jáuregui», del Comité Olímpico Colombiano; el «Edificio Manuel Briceño Jáuregui», de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, &c.
