SOBRE LA FUTILIDAD DE LA VIDA
SOBRE LA FUTILIDAD DE LA VIDA
Blaise Pascal
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En paralelo a la claridad con la que fue capaz de concebir los primeros autómatas, tan representativos de lo que será Occidente en los siglos posteriores, en paralelo también a la distinción con la que concebía sus razonamientos matemáticos, Pascal avista todas las oscuridades que enfangan el alma.
Para Pascal la tarea a la que nos dedicamos con mayor denuedo, esa en la que nos proyectamos con toda la intensidad de nuestra existencia, la de buscarle el sentido a la vida, no es que sea incierta o quede irresuelta, a falta de mejores talentos o mayores conocimientos, es que es vana de suyo.
Esta tragedia existencial, que seamos fútiles, por si no fuera poco ser fugaces, aboca según Pascal a que tengamos que decidir entre la diversión y la muerte.
Blaise Pascal (1623-1662) confirma, con sus contribuciones a la matemática y su pionero diseño de calculadoras mecánicas, el sesgo científico-técnico de la modernidad occidental que inauguró Descartes, del que no podrán separarla ni el romanticismo ni el irracionalismo, ni siquiera la pretensión –auspiciada por el propio Pascal– de ahondar en los cenagosos fondos del alma humana.
